Un solo acuarelista de la poesía antillana, Luis Carbonell

Escribir sobre Luis Carbonell es una gran responsabilidad, por el hecho de ser un artista que brillara con luz propia en su época y por su contribución al desarrollo de la declamación poética en Cuba, sino tambien, porque este excepcional ser humano, cada vez que veía talento en una persona, trataba de promoverlo y auparlo, para que triunfara. Porque fue un genuino producto de su país, de su tiempos y porque su genio creador se supo imponer. La época en que nació, se desarrolló y descolló, estaba preñada de limitaciones culturales, de ignorancia, de muchos prejuicios, de todo tipo, desde raciales hasta una subestimación de ese género artístico, pero él supo imponerse y llegar a convertirse en un referente, alcanzando un prestigio artístico que rebasaba las fronteras nacionales, proyectándose en otros países. Se distinguió, por su enorme capacidad de llegar a las fibras más sensibles de las personas e imbuir a todos, con momentos de placer, de sana alegría, con un lenguaje propio y una temática reveladora de una época y cautivante a la vez.